5 pasos hacia la creatividad en tiempos de algoritmos
Para robar sin ser un clon

A ver cómo te lo explico. Hay estudios que aseguran que más del 70% de los creativos considera que Instagram y Pinterest han cambiado la idea que todos tenemos de lo que significa ser “creativo" o “bello”, ya que la inmensa mayoría de los usuarios, profesionales o no, tienden a imitar los estilos que tienen más éxito en estas plataformas. Es fácil caer en la trampa de la uniformidad cuando lo que se premia es lo viral y lo inmediato. Pero, ¿y si en lugar de dejar que el algoritmo dicte nuestra creatividad, decidiéramos robar como verdaderos artistas?
Austin Kleon , el escritor del mítico Roba como un artista, nos da pistas a lo largo de su bestseller para lograr ser original en un mundo en el que ya está todo inventado. De hecho, según cuenta Kleon, la creatividad no se trata de inventar de la nada, sino de saber a quién robarle. Y no, no hablo de copiar a otros proveedores de bodas, sino de salir del círculo vicioso de referencias recicladas y rebuscar en otros lugares para hacer más original y emocionante nuestro trabajo. Lo dicho. Aquí va un proceso en 5 pasos para dejar de ser un clon del algoritmo y recuperar el control de tu identidad profesional.
1. Encuentra tu voz en lo ordinario
La tentación de convertir cada boda en una editorial de revista es enorme, pero lo que hará que tu trabajo sea memorable no es lo estilizado, sino lo genuino. Trata de conocer bien a tus clientes y de guiarles hacia lo que es importante para ellos. Probablemente se contenten con algo bonito, pero todos valoramos mucho más lo que es único, emocionante y especial. Observa los gestos sutiles, los detalles significativos, y pon en valor las historias que no se viralizan en ningún lugar salvo en nuestra memoria. El vídeo de Alexis, de Slowl, es un ejemplo más que evidente de que un buen proveedor de bodas no solo embellece la realidad: la revela.


2. Construye tu árbol genealógico de influencias
Si todas tus referencias son otros proveedores de bodas y tiendes a imitar lo que ellos hacen, tu trabajo se parecerá al de todos ellos. En cambio, Kleon sugiere que busquemos nuestros "mentores" en otros lugares: diseñadores, cineastas, escritores, músicos. Haz una lista de 10 creadores que te inspiren y profundiza en su trabajo. ¿Qué te atrae de ellos? ¿Cómo podrías trasladar esa esencia a lo que ofreces sin copiar literalmente?


3. Crea un archivo de imágenes e ideas ajenas
Llena una carpeta (digital o física) con imágenes, frases, escenas de películas, tipografías, colores, cualquier cosa que te haga sentir algo. Austin Kleon lo llama "el botín". No tiene que estar relacionado con bodas. Un buen creativo sabe que su mejor material viene de lugares inesperados. De esa necesidad que tienen algunos artistas de intervenir sus obras o de escribir sobre sus imágenes, como es mi caso. Yo tengo un tablero de Pinterest donde archivo fotos pintorrequeadas. Me parece muy mío ir un paso más allá y hace años me compré una tableta gráfica para divertirme. La clave está en aprender a conectar esas obras, o esos fragmentos, con mi propio trabajo. En mi caso, pintar mis fotos o escribir sobre ellas algo significativo se ha convertido en un hábito muy reconocible por mis clientes y mis compañeros que me aporta visibilidad y reconocimiento.


4. Haz ejercicios de traducción creativa
Toma un elemento de tu trabajo y compáralo con una de tus referencias de otro ámbito (una pintura de Hopper, un diseño de moda, una pieza de arquitectura o, como en el vídeo que os he colgado aquí arribita o el universo inagotable del cine). ¿Cómo trabaja la composición tal director de cine? ¿Cómo transmite emoción? Juega con la idea de traducir esos elementos a tu propio lenguaje visual o conceptual. No imitar necesariamente, sino reinterpretar algo que te emociona o te inspira, como hace People Trulove Tellers a través de las imágenes inspiradas en sus películas favoritas.
5. Limita tus herramientas
La creatividad florece con restricciones. La identidad no es una suma de una enorme montaña de herramientas, recursos y estilos. Es, precisamente, lo contrario. Lo que queda, cuando te quitas todas esas capas, eres tú. Así que, si el algoritmo te dice que sigas una estética concreta o uses siempre los mismos acabados, haz lo contrario o, al menos, adapta esa inercia a tu rollete. Pruébalo: si eres fotógrafo, elige una sola lente; si eres florista, usa solo flores locales y de temporada; si diseñas papelería, prueba con técnicas artesanales. Una vez que dejes de depender de trucos cómodos, verás lo que realmente puedes hacer y hasta dónde consigues exprimir tu verdadera creatividad. Dylan Langille, por ejemplo, se planteó hacer un vídeo de bodas completo al estilo Wes Anderson, y se limitó a esa estética y a esa narrativa para conseguir este trabajo final tan genuino y personal.
La creatividad en tiempos de algoritmos es un acto de resistencia. Si sigues este proceso, no solo estarás robando como un artista, sino creando como un verdadero autor. Porque al final, el éxito no está en volverte viral, sino en hacer algo que tenga un significado más allá del scroll infinito. Sé valiente. Y arriesga. Y aprende. Y disfruta. Porque no hay nada más poderoso y más diferencial, en serio, que ser uno mismo.

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