5 razones para vivir una boda única en Mas de Sant Lleí

Mas de Sant Lleí no es solo una finca, es un escenario donde siglos de historia se entrelazan con lo actual. Sus muros centenarios, sus terrazas históricas, sus patios llenos de misterio y sus amplios jardines crean un espacio que respira elegancia y calidez desde el siglo XII. Cada pareja que cruza sus puertas puede escribir su propia historia, integrando tradición y modernidad hasta convertir su boda en una aventura inolvidable.

La casa que ves hoy fue modelando su aspecto a lo largo de los siglos y se ha convertido en una masía catalogada de interés cultural, con siglos de piedra, jardines que parecen mapas secretos y una posición en la colina que regala unas vistas espectaculares del Vallès.

Esta temporada de bodas es la más fuerte desde que iniciaron el proyecto en el año 2002, según me cuenta Evaristo Viana, su director, y después de nuestra conversación no creo que sea una mera casualidad. El espacio, los detalles y un equipo formado por más de 60 personas trabajan juntos para que cada historia cobre vida. Así que, a través de cinco experiencias reales, te invitaré a descubrir por qué Mas de Sant Lleí, en mi opinión, es mucho más que un lugar para casarse y se ha convertido en un referente en el mundo de las bodas premium.

1. Ubicación privilegiada llena de paz a dos pasos de la ciudad

Gemma y Robert querían un lugar cerca de Barcelona, pero que ofreciera total intimidad, paz, ese no sé qué tan especial que todo el mundo quiere para su propia boda y que hace que lo demás encaje de forma natural. Su necesidad principal era que los invitados se sintieran cómodos y que el entorno transmitiera serenidad. Al llegar a Mas de Sant Lleí, la decisión fue inmediata. La finca les dio todo lo que buscaban.

“Cuando fuimos a visitar el Mas de Sant Lleí nos miramos con un brillo en los ojos y sin decirnos ni una palabra supimos que ese era El Lugar”, recuerda Gemma. Ellos decidieron que la ceremonia fuera al aire libre en el Patio de Santa Yusta para aprovechar la luz natural y la sensación de apertura, mientras el cóctel se celebró en la terraza, rodeados de vistas encantadoras y árboles centenarios. La finca, por decirlo de alguna manera, combina accesibilidad desde la AP-7 y la C-17 con un oasis de calma y privacidad.

2. Innumerables espacios y todos ellos con carácter

Mas de Sant Lleí cuenta con varias opciones, todas ellas significativas, para boda civil, aperitivos, banquete y fiesta. Cada rincón cuenta algo. Y Alícia y Sergi lo notaron en un primer vistazo. Ellos buscaban aprovechar la diversidad de espacios de la masía para que cada fase de su boda tuviera una personalidad propia.

Su ceremonia se celebró en el Patio de Santa Yusta, decorado con flores silvestres y detalles elegantes, mientras el cóctel se realizó junto al lago, ofreciendo un escenario natural que permitió fotos espectaculares. Para la cena formal eligieron el salón principal, adaptando la decoración a su estilo cálido, contemporáneo y sofisticado.

Cada espacio de Mas de Sant Lleí se transformó para reflejar su historia personal, creando un recorrido lleno de emociones para sus invitados. “Me emocioné al entrar en el Patio y sentí una sensación increíble. Fue el lugar ideal para celebrar nuestra boda", comentó Alícia, que quedó impresionada con la finca por su gran variedad de espacios, tanto interiores llenos de historia y modernidad como exteriores que abrazan la naturaleza con elegancia y sofisticación.

3. Flexibilidad y capacidad para crear experiencias únicas

Charlotte y Guy organizaron una boda internacional que combinó momentos íntimos y grandes celebraciones. Porque en Mas de Sant Lleí todos los clientes pueden crear su propio relato. De hecho, no es casualidad que el 30% de las bodas que allí se organizan sean ya de parejas que vienen de cualquier rincón del planeta dispuestos a hacer realidad sus sueños.

“La cena bajo el cielo estrellado rodeada de todos mis seres queridos se ha convertido en uno de los momentos más inolvidables de mi vida”, asegura Charlotte. Para el banquete, eligieron los jardines al aire libre, donde más de 200 invitados pudieron disfrutar de un menú espectacular y totalmente personalizado que comenzó con un delicioso carpaccio de carabineros, seguido de un exquisito cochinillo en dos cocciones con un toque de jengibre. Para la ceremonia, en cambio, su prioridad era que se sintiera familiar, cercana y cálida, así que la celebraron en Santa Justa, un espacio que ofrecía intimidad y luz natural.

Cada espacio se puso al servicio de los novios, que en todo momento fueron aconsejados por los asesores nupciales que forman parte del equipo con el objetivo de enriquecer la experiencia de sus clientes. Y Charlotte y Guy pudieron escribir su propia historia, y celebraron una ceremonia íntima, un cóctel de bienvenida elegante, una cena sabrosa e inolvidable bajo las estrellas y una fiesta agradable y divertida en el salón de celebraciones, demostrando la versatilidad de la finca y su capacidad de ajustarse a todo tipo de gustos y necesidades.

4. Gastronomía de élite con sabores adaptados a los clientes

La cocina fue uno de los elementos centrales de la boda de Anarella y Mario. Ellos querían reflejar sus raíces venezolanas combinadas con la cocina mediterránea. Eligieron que los aperitivos tuvieran toques de sabores tradicionales de Venezuela, mientras que el menú principal se basó en productos locales y de temporada, supervisado siempre por Jordi Planchería, el chef de Mas de Sant Lleí, que acumula talento y experiencia suficiente para ofrecer un menú adaptado a las inquietudes de cada pareja sin renunciar a la excelencia.

Jordi y todo su equipo adaptó cada plato a sus preferencias. Anarella y Mario apostaron por una fusión de postres típicos venezolanos y platos de influencia mediterránea, dos culturas que quedaron, al igual que sus dos protagonistas, unidas en una velada inolvidable, creando una experiencia gastronómica que unió tradición, autoría y frescura, y que fue comentada por todos los invitados.

“Al despertar al día siguiente, nos inundó una oleada de felicidad y agradecimiento. Recordar los momentos compartidos y escuchar los elogios de los invitados nos llenó de amor y emoción”, rememoraron Anarella y Mario, que escogieron una cena tipo cóctel, dividiéndola entre el interior, donde se realizó el banquete, y el exterior, que destacaba por una zona chill out y un escenario que luego se convirtió en el lugar perfecto para una fiesta memorable.

5. Equipo y servicio personalizado para cuidar cada detalle

Bea y Gerard querían que cada instante reflejara su propia personalidad. Desde la decoración hasta el menú, la música y la logística de los invitados. Como en cada evento, el equipo de Mas de Sant Lleí se ocupó de todo. Sobra decir que ofrecer la excelencia todo el tiempo obliga a un esfuerzo conjunto difícil de explicar con palabras.

Inma Perales, la wedding planner, coordinó los tiempos y protocolos. El maître José Antonio asumió el mando de un equipo de decenas de camareros y jefes de sala, que cuidaron cada detalle durante la comida que el chef Jordi Planchería supervisó con talento, compromiso y dedicación.

Evaristo Viana, el director, me demuestra en cada gesto y en cada palabra que la finca está plenamente despierta y abierta a la vanguardia, a una continua adaptación a las tendencias, a las necesidades reales de los clientes y a un respeto firme por el incalculable valor de la experiencia.

Bea y Gerard recibieron esa atención personalizada que permitió que cada decisión de la pareja se ejecutara a la perfección, haciendo que la boda fuera completamente suya. “Cuando vi el banquete decorado como un bosque mágico, supe que nuestro sueño se había hecho realidad”, confesó Bea. “Llegar en helicóptero y ver las caras de sorpresa de nuestros amigos fue increíble, cada detalle superó todas nuestras expectativas”.

Mas de Sant Lleí es más que un espacio. Es un lugar donde tradición y modernidad se abrazan, donde los muros centenarios inspiran creatividad y donde cada pareja puede vivir su historia de amor auténtica y elegante. Sus jardines, patios y salones históricos se mezclan con ideas contemporáneas, gastronomía personalizada y un equipo apasionado que convierte cada boda en un momento irrepetible.

Tras sus muros centenarios, que combinan tradición y modernidad, celebran el presente y se proyectan hacia el futuro. Con 23 años de trayectoria y más de 3.000 bodas a sus espaldas, su éxito no se limita a las bodas. Evaristo Viana me insiste. Mas de Sant Lleí organiza todo tipo de eventos corporativos y, debido al rotundo éxito en sus bodas, pronto lanzarán su propia línea de catering, llevando su estilo, creatividad y cuidado por los detalles más allá de sus históricos jardines.

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