Cómo convertir tu boda en un evento más elegante

La elegancia no es algo complicado ni aburrido; es solo saber qué funciona y qué no. De hecho, después de tener una distendida conversación con Sophie, de Lalablú, llegamos a la evidente conclusión de que no existen fórmulas infalibles, aunque sí algunas pistas que nos pueden ayudar a que nuestra boda luzca más elegante. Aquí tienes una guía rápida y divertida con cosas que te acercan y te alejan de esa sofisticación que quieres para tu gran día. Todo es una cuestión de equilibrios. ¡Toma nota!

No te compliques con los colores

Elige dos o tres colores que se vean bien juntos y aplícalos en todo: flores, mesas, vestuario. Menos arcoíris, más armonía.

Y ponlo fácil con la vestimenta

Por favor, claridad con la vestimenta, que tus invitados sepan perfectamente cómo vestir: formal, Black Tie o lo que quieras, en serio, pero que quede claro. Evita los experimentos y, sobre todo, pónselo fácil a tus invitados. Suele salir mejor una boda homogénea, en plan “todos de blanco”, que tratar de imponer un estilo ambiguo y complicado.

Cuidado con las bodas temáticas

Boda “temática” no significa que todo tenga que gritar el tema y casi siempre es mejor no llegar que pasarse. Tenlo en cuenta. Un guiño sutil es sofisticado; un exceso, no tanto.

Ante la duda, detalles personalizados

Cosas pequeñas como el nombre de cada invitado en el menú o un regalito especial hacen la diferencia. ¡Lo único es elegante! Pero tranqui, es un detalle, no un derroche.

Lánzate al espectáculo

Por cierto, un grupo tocando suave de fondo siempre eleva la experiencia. Jazz, clásica, lo que prefieras, pero en vivo se siente diferente. Y si no te conformas porque “ya lo hace todo el mundo”, recuerda que ahora es súper chic que tu boda se termine convirtiendo en un espectáculo visual. Ahí lo dejo.

Improvisa dentro de un orden

Un poquito de espontaneidad está bien, pero un evento sin plan puede terminar siendo un lío. Organiza y todo fluirá.

Deja las fotos al fotógrafo oficial

Deja las fotos bonitas en manos de expertos. Nada dice “elegancia” como un buen álbum de boda que cuente tu historia con buen gusto y sensibilidad. Una avalancha de teléfonos móviles grabando al mismo tiempo no es chic. Así que pide con estilo a los invitados que disfruten el momento sin pantallas.

Equilibra tu menú y rompe con lo evidente

Un menú elegante es sabroso y ligero. Si los invitados necesitan una siesta después de comer, algo salió mal. Y convierte lo ordinario en algo extraordinario. Una recena del McDonals, con el suficiente hambre, puede ser muuuuy elegante.

La elegancia no es cuestión de gastar más, sino de pensar mejor. Busca el equilibrio, prioriza la calidad sobre la cantidad y recuerda que los detalles importan. Y lo más importante de todo, no lo olvides: ¡disfruta de tu día al máximo con estilo y sin complicaciones!

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