La boda cercana de Marina y Miguel en Almería

FRAN.LEONARDO y MARÍA.TERESA

La boda cercana de Marina y Miguel en Almería

Este reportaje es una oda a la boda local. Estamos conquistados por el glamour de las bodas elitistas y sofisticadas que vemos en las revistas y corremos el riesgo de que ese tipo de boda de alto presupuesto se convierta en el ejemplo de lo que significa casarse. Fran Leonardo y María Teresa no necesitan ir a lugares aparentemente lujosos ni documentar la boda de multimillonarios para que sus fotografías reflejen una visión elegante y colorista de cada una de las bodas en las que trabajan. Son cercanos. Son serviciales. Son amables. Y están encantados de poder trabajar cerca de casa y conciliar su vida personal con el desafío constante de llevar su trabajo a lo sublime.

El año pasado fueron premiados en el Bodaf Europe porque demostraron hasta qué punto un fotógrafo local puede convertir su trabajo en algo inspirador y universal si mantiene intacta su curiosidad y se toma muy en serio el verdadero propósito del reportero de bodas: llegar muy pronto, marcharse muy tarde, y contar todo lo que pasa desde que llega y hasta que se va.

Por ese motivo, he quedado con María Teresa para que me cuente cómo vivieron Fran Leonardo y ella la boda de Marina y Miguel, que se celebró en una finca a la que acuden con frecuencia. Quiero saber cómo sus reportajes se mantienen frescos y emocionantes semana a semana, y deseo comprobar si el motivo es justo el que sospecho: Fran Leonardo y María Teresa abren mucho los ojos constantemente, y hacen todo lo que hacen con buen gusto y humanidad. Son grandes fotógrafos. Pero, sobre todo, son buenas personas. Y eso, sinceramente, es su valor añadido. Su sello. Y su identidad.

¿Cómo os encuentran Marina y Miguel?

Marina y Miguel fueron muy especiales desde el primer momento, porque a principios de 2024 era todavía Navidad y Marina se puso en contacto con nosotros vía Instagram para consultarnos disponibilidad. Fue un mensaje súper bonito. Quería que fuésemos nosotros los fotógrafos de su boda. Ellos estaban de viaje en Vietnam y se habían comprometido solamente hacía unos días. No tenían fecha, no tenían sitio, no tenían nada. Pero tenían claro que querían que fuéramos nosotros los encargados de fotografiar su gran día. Entonces, bueno.

¿Os suele pasar? Normalmente el fotógrafo se contrata cuando ya está cerrada la fecha y, al menos, la finca.

Cuando ya volvieron de Vietnam y pudieron visitar las diferentes fincas que tenían pensadas, cerraron la fecha de su boda en base a nuestra agenda. Y fue así cómo comenzó nuestra historia con ellos. No es muy habitual en nuestro día a día y fue genial comprobar que éramos tan importantes para ellos.

Os lo he dicho varias veces. Me encanta de vosotros cómo afrontáis la boda local con cercanía y humanidad, sin perder la curiosidad y aportando emoción y belleza a vuestros reportajes. ¿Encaja esta boda en ese perfil? ¿Tenéis un trato directo y cercano con la pareja ya antes de la boda?

Totalmente. Viven en Madrid, pero ella es de Almería. No fue hasta una semana previa a la boda que nos pudimos conocer en persona Marina y yo. Aunque es cierto que desde el momento en el que nos contrataron hasta ese día tuvimos una relación muy fluida. Nos escribían para resolver sus dudas, es decir, en el momento en el que nosotras nos conocimos en persona ya teníamos una relación fluida. Y ese café fue súper, súper interesante, porque me sirvió para contextualizar muchas cosas de su boda, conocerla, evidentemente, pero sobre todo percibir ciertos trasfondos que ese día nos sirvieron de mucho.

¿Por ejemplo? ¿Qué información os suele parecer interesante para enfocaros en vuestro trabajo?

Pues, por ejemplo, me contó que la madre de Miguel había fallecido cuando él era tan solo un niño y que su tía paterna le acompañaría como madrina. Esta carga emocional suele ser esencial para nosotros.

¿Y cómo afrontasteis esa información el día de la boda?

Cuando Fran Leonardo tuvo que enfrentarse a esos preparativos, con esa ausencia, trabajó desde un respeto y con un cariño inmenso, captando detalles que tal vez en otras bodas no parecen tan valiosos, pero en esta sí. Trabajó con la sensibilidad a flor de piel. Y luego, otra cosa, justamente dos semanas antes de la boda, el padre de Marina tuvo también un contratiempo de salud, así que ese día, a sabiendas, estuvimos especialmente atentos y sensibles a sus reacciones.

Vaya. ¿Y pudo estar en la boda?

Sí, salió todo bien, pero fue un sustillo para toda la familia. Y eso también me hizo a mí, ya que soy un poco la que me centro más en la novia, pues captar ciertos momentos, cierto abrazo y ciertas complicidades con su padre, que a lo mejor de no haber sabido eso, pues para mí hubiesen pasado un poco más desapercibidos. Es importante tener cierta información para valorar lo que es importante y lo que no para cada pareja. 

¿Os enfrestasteis a algún otro desafío el día de la boda?

El día de la boda fue muy especial. Marina y Miguel se casaron en Maltés del Fraile, una finca en la que nosotros, por suerte, trabajamos mucho. Es una finca maravillosa en Cabo de Gata, la finca justo donde Fran Leonardo y yo también nos casamos hace 10 años. Hacía muy poquito habíamos fotografiado allí otra boda que también había sido maravillosa. Y Fran Leonardo y yo nos propusimos hacer cosas diferentes para aportar algo distinto. 

Entiendo que este tipo de rutinas para mantener la creatividad son más por vosotros que por la pareja, ¿no?

Probablemente. Es verdad que, por ejemplo, en esta finca en concreto, hay un portón muy significativo, muy bonito, donde todos los novios quieren hacerse una foto. Evidentemente, nosotros, cuando nos casamos allí nos hicimos esa foto y, cuando trabajamos en esa finca, siempre repetimos esa foto. Porque es la foto que todo el mundo que se casa quiere. Cuando trabajas en una zona concreta eres más sensible a estas cosas. Pero nosotros le dimos una vuelta. Y buscamos otros rincones distintos para ofrecerle a Marina y a Miguel algo genuino, fotografías que no se hubieran visto hasta ese momento.

¿Cómo lo hicísteis exactamente?

Fue un proceso creativo previo que nosotros hicimos analizando la finca. Encontramos varias puertas y localizaciones que nunca habíamos visto e hicimos una foto maravillosa. Eso hizo que ese reportaje también tuviese un valor diferente, al menos para nosotros, un valor añadido que consideramos muy importante.

Claro, porque viendo vuestro trabajo, entiendo que lo relevante de vuestros reportajes no son precisamente los retratos.

Es cierto, en esta boda, además, habían muchos invitados que venían de fuera, de Madrid y de Sevilla, y entre todos hicieron que la boda fuera maravillosa y estuviera llena de pequeños momentos que terminan siendo los inolvidables.

¿Y qué pasa después de la boda?

La semana después de la boda hicimos como con todas nuestros reportajes, una publicación en Instagram con un resumen de 20 fotografías. Y la acogida fue brutal. Yo recuerdo hacer la publicación y que no parara de vibrarme el móvil. Nos escribieron un montón de mensajes, y no solo de gente relacionada con la boda, de amigos y familiares, sino que fue una boda que traspasó todo eso.

Ya lo decía Tolstoi: “Pinta (bien) tu aldea y pintarás el mundo”. Sois un ejemplo claro de cómo no es necesario viajar a lugares exóticos para hacer un trabajo extraordinario.

Si te soy sincera, Javi, no sé qué tuvo esta publicación para generar tanto impacto y tantas interacciones. Pasó de 1000 likes en un día. Tuvo una aceptación brutal. De hecho, hace poco hicimos otra publicación y también gustó muchísimo. En nuestra comunidad, entre los proveedores que participamos en esta boda, hablamos previamente, porque nos encanta esa sinergia a la hora visibilizar nuestro trabajo. Tal vez eso tenga algo que ver.

Una de las ventajas del fotógrafo local es precisamente que las sinergias se crean de una forma más firme, estable y natural. ¿Cómo lo hacéis vosotros?

En el caso de Marina y Miguel, sobre todo con esta idea que teníamos de buscar algo nuevo en un sitio que ya conocíamos, nos pusimos en contacto, como te he comentado, con los compañeros de la floristería, la wedding planner, incluso con la diseñadora del vestido, para intentar conocer todos los detalles, aparte de la información que ya nos había dado Marina, para hacer algo significativo, personal, único. Y creo que lo logramos.

¡Qué importante es dedicarle tiempo y cariño a las parejas!

Nosotros cuidamos muchísimo la edición. Editamos foto a foto. La selección de esta boda fue muy complicada, porque hicimos muchas fotografías. Y cuidamos mucho también el trabajo final, el álbum que se llevan nuestras parejas. Aunque este método, digamos, artesanal, al final, convirtió el reportaje en una joya. Y Marina y Miguel estaban muy emocionados. Marina nos escribió un mensaje muy emocionante. De hecho, diferentes familiares suyos nos han escrito para darnos la enhorabuena y las gracias por el cariño y el respeto con el que tratamos ese día.

En una boda que era tan especial, además.

Exacto. Cuidar de esas cosas convierte tu trabajo en algo más que simples fotografías. Si tú le das al reportaje la importancia que el reportaje tiene, el impacto es mayor. Da igual donde trabajes. Esta boda fue especial y nosotros supimos verlo. Ahora que somos padres, también somos capaces de ponemos en ese lugar, cuando hay una ausencia importante o alguna enfermedad. A nosotros nos traspasó mucho, muchísimo, esa historia. Y creo que esa emoción la supimos trasladar a nuestro reportaje.

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Oye, ¿y dónde puedo ver vuestro libro? Me encanta mostrar trabajos finales en el magazine. Y que todo el mundo entienda que lo que terminan entregando los fotógrafos y los videógrafos, lo que terminan disfrutando las parejas, no siempre es esa versión reducida y un tanto superficial que por distintos motivos terminamos dando en redes sociales.

Sí, no te preocupes, te voy a mandar el vídeo de nuestro libro para que lo enseñes. Nosotros diseñamos nuestro propio libro a partir de nuestras referencias artísticas y de nuestra manera de hacer fotografías, en formato vertical y con estilo editorial, con un diseño muy especial, que le encanta a nuestras parejas. Le dimos muchas vueltas con Kitoli, y estamos muy orgullosos del resultado. Sabemos que cuando nos contratan el libro, de repente, nos regalan la oportunidad de elevar nuestro trabajo a otro nivel. El valor de lo que entregamos va a ser incalculable con el paso de los años. Vivimos en un mundo digital y nosotros entregamos en la galería unas 1000 imágenes, pero no tenemos ningún control de las fotografías que las parejas sin libro terminan imprimiendo.

Y además, si está hecho con tanto criterio, seguro que a través del libro encontráis nuevas parejas que al verlo entienden el valor diferencial de vuestro trabajo.

Exacto. El libro se ha convertido en un elemento imprescindible para nosotros en todos los sentidos. El libro es la manera que tenemos de traspasar generaciones y cada vez más parejas se dan cuenta de ello. Tal vez nosotros nos hemos dado cuenta de ello y se lo estamos sabiendo transmitir. No sé. El caso es que ahora prácticamente todas quieren el libro. Y nosotros estamos encantados.

Si te ha gustado este reportaje, puedes continuar inspirándote en nuestra sección de Bodas reales, donde nos esforzamos cada día por ofrecer reportajes auténticos contados por los profesionales que los hacen posible.


FRAN LEONARDO Y MARÍA TERESA
FRANLEONARDOYMARIATERESA.COM
@franleonardoymariateresa


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