La boda excéntrica de Cassy y Elliott en Londres

THE.RICHTERS

La boda excéntrica de Cassy y Elliott en Londres

The Richters son un tsunami. Bueno, no exactamente. Son difíciles de clasificar. Son inclasificables. Pol y Mónica. Mónica y Pol. Fotógrafa y Videógrafo. Pura energía. Ojito: es difícil encontrar personas realmente creativas en la industria de la creatividad. Y ellos están orgullosos de hacer un poco lo que se les va ocurriendo, bailando un poco al ritmo de un tipo de improvisación que es madura, atractiva y responsable. “Somos entrópicos”, me recuerda Pol por Whatsapp. “Nos encanta el desorden”. Aunque, sinceramente, yo percibo un orden calculado y maravilloso dentro del caos que ellos describen. Son inspiradores. Son necesarios. Y he quedado con ambos para que los dos me hablen de uno de sus reportajes. “Cassy y Elliott son súper carismáticos, se casaron en Londres, y su boda nos representa 100%”, me cuentan. “Nos encanta trabajar para gente del ámbito creativo, porque suelen ser personas con un ojo muy educado, y que les guste nuestro trabajo es una especie de resonancia”. 

¿Cómo contacta esta pareja con vosotros?

Pol. Pues Cassy, según nos contó, estuvo trapicheando mucho por Instagram. Incluso ya tenía contratado un fotógrafo, pero dio con nosotros. Y le flipó lo que hacemos, al punto de que ya había pagado la señal al otro fotógrafo y renunció a ella por nosotros.

Entiendo que no sois profesionales para todos los públicos, pero a quien le gustáis, le gustáis muchísimo.

Mónica. Exacto. Somos de nicho. Cuando la gente va buscando en un mar de gente y no encuentra nada que le emocione y de repente nos ve, y lo que hacemos es justo lo que iba buscando: es como amor inmediato.

Entonces, sabéis a dónde os dirigís y alimentáis un poco eso, entiendo.

P. En general, sale solo. No es que uno lo busque. Es como bastante orgánico y honesto, pero eso hace eco, sin duda. Eso llama a lo que llama y así.

M. Además, no sabemos hacerlo de otra manera, no podríamos hacerlo de otra manera porque nos sentiríamos incómodos.

¿Y esa manera tan personal de abordar vuestro trabajo marca de alguna manera vuestra relación con los clientes? 

M. Nosotros hacemos máximo 10 bodas al año. La relación es muy personal. Y trabajamos fuera de Berlín, donde vivimos, la mayoría de las veces. Entonces, hacemos reuniones desenfadadas tomándonos una birra o un vino, conversando de la vida. Tenemos grupos de Whatsapp con ellos donde vamos comentando todo lo que pasa, cómo va la boda, qué les preocupa, qué les ilusiona.

P. Con esta boda, por ejemplo, hicimos una sesión porque yo quería entrevistarlos, aunque las sesiones de preboda entendemos que no cuentan nada generalmente de la pareja. La sesión fue una mierda porque estaban súper tiesos y cero naturales. Pero el día de su boda fueron lo contrario, Elliott fue puro carisma. Nos gustó que se reforzara esa idea de que la vida es suficientemente poderosa como para tratar siempre de ir encorsetando a las parejas. Abraza el caos de la vida, que en términos científicos sería entropía. Somos entrópicos. Nos gusta tomarle la medida al desorden. Ese baile de moléculas tan incierto es bellísimo.

Vale, ofrecéis también vuestra experiencia, ya no tanto como creadores, sino como expertos en bodas, y alimentáis un poco esa idea de juego, de dejarse llevar.

M. Claro. Y ofrecemos una amistad. La verdad es que terminamos siendo amigos de los novios la mayoría de las veces.

P. Amigos de visitarlos en su ciudad y cosas así. Creo que hace falta conexión real. Y somos tal cual nos ves, y si tengo que robarle al novio una foto de Instagram para hacer un meme de ellos, que es lo que haría con mis amigos, pues se hace. Para nosotros es muy importante que el trato humano sea incluso mucho más grande que el profesional.

Una pregunta tonta. ¿Esa naturalidad la tenéis trabajada de alguna manera?

M. No.

P. Salió así siempre.

¿Y siendo dos, tenéis dividida un poco las funciones y las tareas?

M. No, nada es planeado. O sea, es que ni siquiera es tan importante. Es que no podemos ser de otra manera, somos nosotros todo el tiempo, porque es la única forma de entablar relaciones reales con la gente.

¿Vais siempre los dos?

M. Hay algunas veces que nos contratan solo a uno de los dos, pero cuando eso pasa siempre va el otro, así que si contratan solo fotos o solo vídeo, el 100% de las veces vamos los dos igual.

P. Y el otro se encarga de traer los cócteles.

M. Pero sí, el 90% de las veces estamos contratados los dos. Casi siempre.

Entiendo que os entendéis mejor cuando trabajáis juntos que con cualquier otro profesional.

P. Yo sí. Alguna vez que he trabajado con otros fotógrafos, tampoco es terrible ni nada de eso, pero sí me he dado cuenta de que existen diferentes miradas, diferentes maneras de habitar o de estar en una boda. Y diferentes intereses. Entonces, tú crees que la mandanga está aquí y ves al otro pavo haciendo fotos en otro sitio. Nosotros somos como un dragón de dos cabezas, aunque el otro esté en la otra punta del sitio, si hay algo importante, los dos vamos a estar ahí.

M. Nos atraen las mismas cosas, no solo a nivel profesional, como experiencia de vida. Al final, nosotros trabajamos mucho en modo acción-reacción, por instinto. Entonces, vamos a lo que nos llama la atención. Y nos llama lo mismo. Quizás también por eso nos enamoramos, porque en el fondo nos sentimos atraídos por las mismas cosas.

Bien, llegamos a la boda, ¿vale? ¿Necesitáis algún tipo de información concreta de la boda que estáis documentando?

P. Sí, claro, saber cómo se organiza el día, cuál es el primer espacio, qué va a pasar, dónde es la ceremonia o dónde se preparan. Los lugares y más o menos las horas. Y luego tratamos de ser sensibles a lo que pasa. Y guiarnos por eso. Porque nuestra experiencia nos dice que nunca se cumplen los tiempos, y el timeline de los wedding planners, pues tampoco, porque la vida es como es. Nos interesa mucho más saber que a Cassy y a Elliott le encantan las hamburguesas y en su boda ¿qué comieron? Pues hamburguesas.

¿Qué equipo lleváis?

P. Yo siempre trato de reducirlo a lo mínimo, una cámara y un 24-70 y ya. ¡Y una grabadora!

M. Yo voy con muchas cámaras analógicas colgadas. A veces llevo una canon R6, y un 50, por ejemplo, y una Fuji X100v.

¿Disparas mucho en analógico?

M. Mucho en analógico y mezclo con alguna en digital. Ahí voy viendo.

P. Depende un poco de lo que se contrate.

¿Y todo lo que se ve luego en el vídeo que tiene este rollo retro es con el móvil o con filtros y tal?

P. Bueno, a veces hay Super 8 real, si lo contratan, y a veces tiro en VHS también.

O sea, que es real.

P. Es real, es real (me muestran a través de la webcam todo tipo de aparatos analógicos).

Me parece muy interesante. Estáis al margen, ¿lo sabéis, no?

P. No lo sé. Yo no uso filtros. Está muy bien que cada uno use lo que quiera. Hay quien no lo nota, pero creo que hay ya, en el propio aparato, una manera de usarlo y unas limitaciones, que justo es lo interesante del formato.

¿La capacidad de inmersión que se ve en vuestros reportajes es real? Quiero decir, cuando hay alguien borracho en vuestras fotos, vosotros ya lo estáis, ¿cierto?

M. Sí, yo creo que mi forma de ver la boda es documental, pero como si fuera un amigo más de la pareja. Entonces, en ese sentido, nosotros vamos viviendo la boda desde dentro, si estamos en la previa y se están tomando una champañita, pues champañita para acá. Todo esto que preguntabas antes de la información que necesitamos para trabajar, ya la sabemos, pero porque les conocemos y hemos conversado con ellos de forma real, personal. Yo ya sé que la abuela iba a tratar de venir desde no sé dónde, pero está enferma, que los papás están separados, toda esa información ya la tenemos y, cuando llegamos, escaneamos todo y tratamos de formar parte de la boda.

P. Es nuestra manera de entenderlo, pensamos que en las bodas tú tienes que ser una antena, una especie de esponja sensorial donde tu labor es interpretar un poco las dinámicas familiares en directo. Elliott, el novio, es un bailarín espectacular, se deja llevar, y a nosotros nos encanta la gente con carisma. Se pasó toda la boda bailando, en la ceremonia, antes, después. Incluso terminó rapeando freestyle. Puede haber mucha teoría, bla, bla, bla. Pero luego, el día de una boda, hay que entender por qué la madre de la novia está insoportable, por ejemplo, o por qué al novio le da por bailar. Y tú tienes que estar allí lo más cerca posible. Para nosotros, ser parte del hecho, y leer esa energía, eso es contarlo bien.

Y entiendo que si buscáis esa conexión con vuestras parejas y hacéis un trabajo tan personal, termináis trabajando en bodas donde lo que coméis, lo que bebéis, lo que escucháis, os mola.

P. Justo. Cassy y Elliott entraron a su cena de boda con la canción Untitled de Interpol, que es una de nuestras canciones favoritas y para nada esperable. Fue épico. Hermoso. Inolvidable.

Y una vez termina la boda, ¿cómo lo hacéis?

P. Cada boda tiene lo que tiene que tener, cada boda tiene su propia energía y su propia idea. En mi caso, trabajo con eso a posteri, construyendo la historiecilla con el audio y todo eso. Pero no buscamos algo en concreto, sino que tratamos de detectar lo que es importante en cada caso. Y unas bodas están más orientadas a la amistad, por ejemplo, y otras, pues son de otra manera.

¿En tu caso, Pol, entregas algo en concreto?

P. Hay un par de packs, un vídeo como de 4 o 5 minutillos y ahí quizá no da mucho lugar a trabajar grandes historias, y otro más largo de unos 12 o 15 en el que sí que puedo trabajar mejor el reportaje. Y alguna vez he hecho para alguna boda un video súper largo, como de media hora o algo así, y en esos casos intento que sea algo más documental. Te paso el código de Pictime del vídeo de Cassy y Elliott, para que lo incrustes en la publicación.


Nota del editor: A continuación podéis ver el vídeo de la boda de Cassy y Elliott. Se reproduce muteado, así que no te olvides de subir el volumen para disfrutar al máximo de la experiencia The Richters.


En el caso de la fotografía, ¿entregas algo impreso? Creo que encaja mucho contigo.

M. Generalmente, entrego todas las fotos editadas en una galería de Pictime. Si piden algo impreso, se cobra aparte. Desde el año pasado ofrecemos álbumes pop-up hechos por nosotros a mano, no sé si los viste. Y estamos diseñando un nuevo álbum impreso para este año.

P. Hicimos un simulacro de álbum pop-up hecho con nuestros recuerdos, y pensamos que sería interesante probarlo para las bodas. Y ha funcionado bien. Como siempre, yendo a contracorriente.

No lo he visto. ¿Podríamos incluirlo en el artículo de alguna manera?

M. Está en Instagram. Te paso el link.

P. A los meses de que Cassy y Elliott se casaran, fuimos a Londres a una conferencia y decidimos aprovechar el viaje para quedar con ellos y llevarles el álbum pop-up como regalo. Decidimos que se vinieran a la fiesta del congreso y, como justo habíamos hablado de ellos y enseñado su material en la conferencia unas horas antes, para los asistentes fue un puntazo ver a la pareja allí. Y para los novios todavía más, y se sintieron como rockstars, los mantearon, se lanzaron al público, y tal.  

Claro, vínculos fuertes, conexiones reales. El álbum pop-up es una versión pura de vosotros, hecho con vuestras manos, supongo que invirtiendo mucho tiempo y cariño. Me parece muy necesario. En mi opinión, hoy en día no existen muchas otras maneras de ofrecer algo genuino, único, que jugar con nuestras imágenes para crear este tipo de trabajos finales.

P. Sí, en la era de la inteligencia artificial hay que dedicarle tiempo a las parejas. Hay muchos proveedores que te ofrecen esto de hazlo todo en un minuto y vete al gimnasio. Pues no. Yo dedico tiempo a mis parejas y me tiro una puta semana entera haciendo el álbum este, recortando las fotos a mano, porque ahí estoy proyectando y dejando amor y le estoy poniendo valor a lo que hago.

Y habla por vosotros, crea sinergias, impacto real.

P. Claro, para las parejas se convierte en un objeto precioso, único, que solo podemos hacer nosotros. Si intentáramos hacer otro, de hecho, ya no nos saldría igual.

¿Os suele salir mucha boda de otra boda?

P. La mitad más o menos. 

Y siendo fotógrafos de nicho, como ya me habéis comentado, alimentáis vuestras redes y vuestra web con vuestra esencia, supongo.

P. Al final es un poco la consecuencia lógica de lo que somos. Somos así. Y con los novios tomamos este tipo de fotos y creamos este tipo de relaciones. Mostramos lo que hacemos de forma natural, incluso lo exageramos. Si en alguna imagen pensamos que quizás sí, quizás no, pues no.

M. Tratamos de no mostrar nada que se quede a medio camino de lo que somos nosotros, y enseñamos lo que estamos 100% seguros de que atrae a quienes queremos atraer.

Pues perfecto. Muchas gracias chicos.

P. Vaya. Yo pensaba que iba a ser una entrevista más larga, estaba así como preparado.

¿Quieres que sea más larga? (Risas).

P. No, no. Tranquilo. Está bien. Gracias a ti.

M. Un abrazo.

Si te ha gustado este reportaje, puedes continuar inspirándote en nuestra sección de Bodas reales, donde nos esforzamos cada día por ofrecer reportajes auténticos contados por los profesionales que los hacen posible.


THE RICHTERS
ONLYTHERICHTERS.COM
@onlytherichters


PATROCINADORES OFICIALES

Publicitat Casanova Foto
Publicitat Fujifilm