Un vistazo al futuro de la comida en las bodas
SARAY.TALABARTO

En los próximos diez años, el sector de la gastronomía nupcial vivirá una transformación apasionante. Lo comento con Saray, la persona que está al frente del cátering El Rincón de Talabarto, un negocio familiar con el que suelo trabajar a menudo. Ella, que es emprendedora, servicial e ingeniosa, me da respuestas amables a preguntas inciertas. A saber. Veremos nuevas tecnologías aplicadas a la cocina, cambios de hábitos, exigencias éticas y una conciencia más profunda sobre lo que significa compartir una comida más allá de lo estético y de lo superficial. Y tendremos que lanzarnos de cabeza a la creación de experiencias memorables. No hay otro camino hacia el futuro. Pero sobre todo tendremos que estar alerta para no perder la humanidad, para mirar a los ojos a un cliente y detectar, como sugiere Saray, qué es lo que le ilusiona o le preocupa.

1. Tecnología sin perder el corazón
Aviso a navegantes: la IA puede ayudarte a agilizar el paso cuando ya sabes hacia dónde vas, pero tal vez no sea una buena decisión que la tecnología te dicte el camino. "Conozco cáterings que ya usan la IA para automatizar procesos y no se salen de ese guión", me comenta Saray, justo antes de añadir que esa fórmula, aunque te ayude a ser más productivo, te vuelve un poco robótico. "Nosotros no le daremos jamás la espalda a la tecnología, pero no queremos perder la cercanía y la flexibilidad que forma parte de nuestra esencia como negocio familiar".
La inteligencia artificial permitirá planificar menús al detalle, optimizar cantidades, ajustar tiempos con precisión quirúrgica. Incluso las cocinas tecnológicas serán capaces de ejecutar recetas complejas sin fallos. "La IA, al menos de momento, me puede decir con seguridad los gramos de carne por plato que yo necesito para un menú, pero no puede mirar a una novia a los ojos y detectar, justo en ese momento, qué es lo que le preocupa". Bravo, Saray. En resumen, debemos usar la tecnología sin renunciar a la oportunidad de conocer a una pareja y proponerles un menú sabroso y lleno de significado que encaje con su historia y con sus propósitos.

2. Menús únicos para personas únicas
Diseñar menús sabrosos y equilibrados haciendo un hueco a la historia real de cada pareja parece sencillo cuando escuchas a la gerente de El Rincón de Talabarto. "Yllera para una pareja que siempre bebe ese vino cuando celebra algo especial, Coulant de chocolate para unos novios que te dicen que fue el postre de su primera cita, magret de pato porque siempre lo piden cuando salen a comer, un stand de cachopos para una novia asturiana que se casa en Cádiz y que me va a traer además su propia sidra", enumera Saray, que me suelta la retahíla sin pensarlo demasiado.
En el futuro, los invitados recibirán menús adaptados a sus gustos y necesidades, más allá de las opciones sin gluten, vegano, low carb, culturalmente inclusivo, patatín, patatán. Cada plato estará pensado para quien lo recibe. "En una boda puedes innovar y atender a los gustos particulares de cada pareja, a sus ilusiones y su identidad", asegura Saray antes de lanzarme una advertencia. "Pero al personalizar el menú no puedes olvidar que cocinas para los paladares y el estómago de un montón de gente", concluye. Hay que buscar el equilibrio entre la esencia de la pareja y la preparación de un menú que esté a la altura de un evento multitudinario.

3. Nuevos formatos para nuevas formas de celebrar
No lo podemos negar. Estamos todos bastante obsesionados por convertirlo todo en una experiencia. Porque va a ser la clave, la llave, la fórmula, según nos cuentan. Sin embargo, comer juntos alrededor de una mesa en la que están sentadas personas a las que aprecias ya es para muchos un auténtico espectáculo. "En la mayoría de bodas en España las parejas siguen queriendo sentarse a comer en algún momento y ya te digo yo que no se pueden cocinar en directo unas carrilladas para 200 personas", apunta Saray con una sonrisa irónica que entiendo en seguida.
En la actualidad, el formato clásico de servicio en mesa ya no es la única opción en las bodas que se celebran en nuestro país y en las que es cada vez más habitual tropezarnos con buffets sensoriales, estaciones temáticas, shows culinarios en directo, experiencias interactivas... "¿Por qué?", le pregunto a Saray. "Porque la comida tipo cocktail es una opción muy dinámica y flexible, ideal para que los invitados puedan moverse y hablar con unos y con otros mientras comen lo que eligen comer, y disfrutan de música en directo, por ejemplo, sin saltarse ningún protocolo". Entendido.

4. Comer rico y sentirse bien
"Nosotros cocinamos siempre con ingredientes de cercanía, de temporada, carne fresca de la zona, productos frescos, hortalizas, verduras, todo de proximidad". Ojito con esto. En 2035, la sostenibilidad ya no será solo una etiqueta. Dice la teoría que lo mínimo esperado serán los menús de kilómetro cero y los materiales reutilizables. Veremos.
El futuro, además, será cada vez más saludable. Las parejas buscarán menús equilibrados, ingredientes funcionales, digestiones ligeras… "La gente va a las bodas a pasárselo bien, eso está claro, y los cáterings debemos diseñar menús que se adapten a ese propósito", asegura Saray.

5. La mesa como generadora de recuerdos
La gente no recuerda, muy probablemente, cuántos platos tuvo un banquete. Recuerda cómo se sintió. Sin más. Tal vez qué sabor le hizo sonreír. Qué postre le llevó a tal recuerdo. Qué aroma le hizo pensar en no sé qué. Eso es lo que convierte un menú en algo inolvidable. Eso es lo que convierte la comida en un abrazo. Dicho queda.
Ojalá nunca pase de moda darlo todo con la única intención de ver a la gente disfrutar y compartir. "Cuando vienen mis amigos a casa yo quiero ofrecerles lo mejor, a cada uno de ellos, porque les conozco y les aprecio", apunta Saray. "Pues en las bodas, lo mismo, nuestro negocio es nuestra casa y en Talabarto todos somos felices haciendo felices a los demás porque, al final, sinceramente, eso es lo único que nos queda". Nada más que añadir.
En 2035, el cátering de bodas no ofrecerá solo un desfile de platos bonitos y sabrosos, sino una herramienta poderosa para crear recuerdos. Quienes sepan cocinar con talento un menú diseñado con cariño y sensibilidad, apoyándose en las nuevas tecnologías para optimizar los procesos, y servir y atender con amabilidad a sabiendas de que están ayudando a crear una experiencia inolvidable, quienes sepan hacer justo eso, serán quienes mejor se adapten a los tiempos que vienen. Porque si algo no cambiará en el futuro es el valor incalculable de una mesa bien puesta. O el sabor incomparable de la memoria y el amor. A casa. Me lo ha dicho Saray. La memoria y el amor saben a casa.

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