Una app francesa abre la veda a las bodas con entrada

Imagina una boda donde los novios no sólo se casan, sino que abren una taquilla al estilo estrella de rock y venden entradas a desconocidos. Bienvenidos al universo de Invitin, la aplicación francesa que ha abierto la veda del matrimonio como evento autofinanciado, con cartel y entrada, y con precios que oscilan entre 120 y 500 € por persona.
Aviso: este artículo es en gran medida una excusa para publicar fotos de Ernesto Villalba, en mi opinión, el fotógrafo de bodas que mejor documenta la barra libre desde un punto de vista irreverente, osado y divertido. Analicemos el interesante caso de Invitin y disfrutemos del espectáculo visual.
Fuentes: ElConfidencial.com, Antena3, LaSexta.


De celebración íntima a show abierto
Este nuevo modelo responde a una evolución más amplia: las bodas dejan de ser reuniones familiares discretas para convertirse en experiencias diseñadas, producidas y vividas colectivamente, como mini festivales donde lo emocional se fusiona con lo espectacular.
Según Artículo 14, más de 1.500 parejas en Francia ya han usado Invitin. La plataforma se lanzó en abril de 2025, y permite a las parejas financiar parte de su celebración mientras abren sus ceremonias a desconocidos. La fundadora, Katia Lekarski, promete reinventar la experiencia del matrimonio para financiarla y hacerla accesible.
Uno de los ejemplos más mediáticos es el de Jennifer, actriz de 48 años, y Paulo, exdeportista de 50, que han decidido casarse en París convirtiendo su enlace en un evento con taquilla. Quienes compren su entrada, que cuesta 130€, podrán vivir la experiencia completa, con cena, música en directo, barra libre y, por supuesto, la ceremonia. “¡Guau, es impresionante! Tener en tu boda a gente que no conoces”, cuenta Jennifer, entusiasmada con la idea tras comprobar, según confiesa, los filtros de seguridad que ofrece la aplicación.
Desde el programa Aruser@s analizaron la noticia en clave de humor. “No voy a las bodas a las que me invitan, voy a ir a las que no me invitan”, comentó Alfonso Arús. Mientras tanto, Patricia Benítez defendió las bodas como evento y justificó la aparición de esta app tras definirlas como fiestas privadas donde puedes conocer gente, comer bien, disfrutar de la barra libre y bailar sin complejos.


¿Hacia dónde vamos en España?
En España, la tendencia actual va más bien hacia las bodas íntimas. “Cada vez recibimos más encargos de bodas pequeñas, con muy pocos invitados. La gente quiere celebrar con los suyos y huir de los compromisos”, asegura Aurora Espartero, fundadora de la empresa La Perfecta Prometida, que está convencida de que, al menos en nuestro país, la tendencia va en otra dirección, eso sí, por motivos culturales, generacionales incluso, pero también financieros.
Hay que tener en cuenta que, incluso en enlaces íntimos, los presupuestos en algunos casos rondan los 20.000€ para un evento de no más de 30 personas. “El gasto principal sigue siendo la comida. Es la partida más importante. En España se invierte mucho en el menú. Le damos mucho peso a la gastronomía y al brindis”, asegura Aurora. Invitin propone una alternativa a estas bodas tradicionales y promete ayudar a financiar gran parte del evento, aunque está por ver cómo encajaría este modelo con la tendencia a lo íntimo y lo familiar de las bodas españolas.
Haciendo un análisis sociocultural, podríamos asegurar que esta aplicación no es sólo una herramienta de financiación, sino un símbolo de una nueva era en la concepción del matrimonio:
- Inclusión y apertura social: permite que desconocidos participen en un momento íntimo, transformando el sentido de comunidad.
- Autogestión total del evento: los novios pueden personalizar su página, establecer el precio y elegir perfiles.
- Economía de la experiencia: el evento se monetiza, se convierte en evento e incluso en experiencia turística o cultural.
- Actualización de tradiciones: festivales, cenas, música en directo, comunidad, todo reinterpretado desde el prisma del espectáculo.
La app Invitin representa un punto de inflexión: un matrimonio ya no sólo puede convertirse en un rito social o familiar, sino en un show con público que paga por asistir al espectáculo, una experiencia económica y emocional. En paralelo, mientras en España y en otros destinos, según parece, se prefieren enlaces íntimos, en Francia florece una apuesta audaz, convertir matrimonios en eventos autofinanciados ya no dirigidos exclusivamente a tu comunidad, sino abiertos al gran público. Crucemos los dedos.









Todas las fotografías de este artículo pertenecen a @ernestovillalba
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